domingo, 18 de septiembre de 2011

La rata tarraconensis está en Twitter

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Ahí la tenemos, en una de sus identidades masculinas (las tiene a mogollón, de ambos sexos, incluso de insectos y bifídos)

Esta -sí, es mujer-, es la creadora del blog calumniador del que se han hecho eco un montón de idiotas anormales que lo reproducen creyendo haber descubierto la sopa de ajo y piensan así acabar conmigo, tal es el odio que me tienen.

Son seis años que la psicópata se dedica a mí sin descanso, vaya donde vaya, desde que llegué a la Red. Seis años, diariamente, son muchos para comprender que esta persona no está en sus cabales y que es peligrosa.

No nos conocemos, jamás nos hemos visto en persona, pero mis amigos sí la vieron a ella y me dieron su descripción porque está tan histérica que intentó verme en una concentración a la cual finalmente no pude asistir.

Ha demostrado ser peligrosa por su demencia en perseguirme y acosarme durante tantos años y además, ahora sabe donde vivo. ¿Alguien piensa lo que esto supone?

Claro que he intentado denunciarla, varias veces, y por esto se ríe, porque los Mossos no se mueven por una persona anónima, son muy panchos y comodones. Tienes que decirles su nombre y apellidos y dónde encontrarla, ¡ja!

Ya no hay prisa porque apenas salgo de casa y casi nunca sola, será mi abogado quien lo haga, paso a paso, tocando los resortes necesarios, sin cometer ningún error.
El juez obligará a los medios donde se acoge a dar la información necesaria para encontrarle. No importa que, como se jacta, cambie constantemente porque tengo todas las capturas además de numerosos indicios, alguno de ellos será una pista.

Cuando la atrapen, además de respirar aliviada, me reiré mucho si, en vez de ser la Núria Roig broker de la Bolsa de Barcelona, con novio abogado con buffete en el Paseo de Gràcia, es una fregona que usa el ordenador de las casas que limpia. Lo más seguro.

Después de seis años tengo paciencia. Eso sí, detrás de ella caerán quienes se han hecho eco de las calumnias y difamaciones porque destrozar la dignidad y honorabilidad de alguien no debe salir gratis: se destroza su vida.